Enrique Uribe1, Dania Tello2
1) Ing Zoot, Méd Vet, MSc 2) Ing Zoot.
Departamento de Nutrición, PHARTEC
En la industria avícola actual, cada vez más se evalúa el aporte energético (y su respuesta en performance) de los diversos ingredientes de uso común en dietas. Esto a partir de que se conoce que uno de los nutrientes de mayor costo es la energía. Las raciones incluyen, por tanto, ingredientes como son los aceites o grasas de diversos orígenes debido a su alta densidad energética, así como insumos en presentación harina con altos aportes de fuentes de grasa. Además, la adición de los aceites y grasas confiere otras ventajas como la reducción de polvo, menor separación de partículas, mejora de la palatabilidad, transporte para vitaminas liposolubles, aporte de ácidos grasos esenciales, entre otros beneficios.
Con respecto al proceso de digestión y absorción de los lípidos a nivel intestinal, se puede comentar lo siguiente:
- Emulsificación por la bilis, cuyos componentes requeridos para este proceso son las sales biliares y fosfolípidos. La función principal de la bilis es reducir la tensión en la interfaz aceite-agua para permitir este proceso de mezcla.
- Formación de micropartículas de grasa emulsionada para que puedan ser hidrolizadas por la lipasa pancreática.
- Hidrólisis de triglicéridos (TG), produciendo con esto 2 ácidos grasos (AG) y un monoglicerol; ambos productos forman micelas para su posterior absorción.
Sin embargo, la asimilación de las grasas de la dieta en aves jóvenes es pobre porque tienen una capacidad limitada para producir y secretar sales biliares y lipasa hasta que su tracto gastrointestinal madure a los 10-14 días de edad. Se encontró también que la secreción duodenal neta de lipasa fue baja al día 4 de edad, pero aumentó 20 veces al día 21 (Noy y Sklan, 1998).